Una ola de críticas se desató en la página de Facebook del Grupo Empresarial de Comercio de Las Tunas, luego de que la entidad anunciara la distribución de una libra de pollo destinada exclusivamente a niños menores de 13 años, adultos mayores de 65 y mujeres embarazadas.
La medida, presentada como parte de las "acciones de recuperación" tras el paso del huracán Melissa, ha sido calificada por la población como insuficiente, excluyente y desconectada de la realidad que enfrentan miles de tuneros.
"Y las demás personas de la población no tienen derecho a nada, como siempre. Mientras tanto, los directivos se llevan a sus casas la mayor parte", comentó Luis Angel G. Hipolit.
"Y los de 14 años hasta los 64 años, ¿qué comen entonces? Tendremos que esperar a los 65 años para poder comer pollo... Seguiré comprando en precio abusivo la carne de pollo", dijo, por su parte, la tunera "Marcia Labrada Suárez.
Sobre el alto precio del producto, señaló Isvani González: "Nosotros, los de 14 a 64, lo que nos toca es comprar pollo a 5 mil [pesos] el paquete".
Según la publicación, replicada por el medio oficialista Periódico 26, el pollo ya está disponible en bodegas de los municipios de Las Tunas, Puerto Padre y Colombia, y se prevé que llegue al resto del territorio en los próximos días.
Las unidades de comercio han advertido que quienes no compren el pollo el mismo día de su distribución perderán automáticamente el derecho a recibirlo, lo que ha generado aún más malestar entre los consumidores.
"Una vergüenza humana es lo que siento al ver estas publicaciones, ¿y los demás niños qué comen, y los ancianos? Somos una burla y lo seguiremos siendo", lamentó de la vecina provincia de Camagüey Jorgelina Zamora.
El combinado cárnico Victuro Acosta López, ubicado en Manatí, informó a la radio local que el pollo ya se encuentra en toda la red de carnicerías de la zona urbana, así como en las localidades de Dumañuecos y Puerto Manatí. En cuanto a las zonas rurales, se indicó que el producto llegará próximamente, previo aviso a los beneficiarios. Sin embargo, en medio de una emergencia humanitaria, la logística y las restricciones impuestas han sido duramente cuestionadas.
El descontento popular en las zonas afectadas por Melissa no solo refleja la frustración ante una medida que muchos consideran simbólica y ridícula, sino también una creciente pérdida del miedo a expresar públicamente el rechazo al sistema.
Para muchos, esta reacción no es solo una muestra de inconformidad, sino un acto de rebeldía frente a una dictadura que, aseguran, ha dejado de ofrecer soluciones reales a las necesidades del pueblo cubano.
(Con reporte de Julio Lastra para Radio Martí)
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